viernes, 4 de noviembre de 2011

Normandía y Bretaña en moto -1-


EL VIAJE SIN SOMBRA



INTRODUCCIÓN

No me considero un amante de la historia, es más, siempre le he tenido un poco de manía ya que yo era de ciencias puras. Pero el desembarco de Normandía siempre me había curioseado, incluso sin saber lo que significó. Quizá fuese por el escenario en que se desarrolló: una gran playa, una colina atestada de enemigos, y un ejército que tenía que conquistar aquel lugar.

Por otro lado siempre me habían hablado bien de la bretaña francesa. Me decían que era como la Galicia gala. Llena de pueblecitos entrañables y bonitos paisajes.

Con esas dos ideas  mi neurona moto-viajera despertó y empezó a asociarlas en un viaje. Fue entonces cuando vi que en el calendario de trabajo tenía unos días libres sin planificar... pero en enero. La neurona moto-viajera pidió ayuda a las demás y empezaron a discutir. "Enero... si dicen que se parece a Galicia seguro que también llueve y hace frío, anochecerá pronto, y no habrá ningún zumbado que quiera o pueda acompañarte en esas fechas", decían  las demás neuronas. Pero la pequeña moto-viajera las mandó al carajo, cogió su teléfono y apostó por un caballo ganador: Jako.

Jako es mi compañero de batallas, viajero y rutero, aparte de gran persona y bla, bla, bla. El caso es que él puede disfrutar de días en fechas raras, así que aquella llamada fue algo así:

[yo] - Tengo nueve días libres en enero, a mediados.
[Jako] - ¿Dónde vamos?
[yo] - ¿Normandía y Bretaña en moto?
[Jako] - Hecho.

Y así fue como surgió este viaje. Desde esa llamada sólo teníamos una semana para hacer los deberes, así que nos pusimos manos a la obra a buscar lo que debíamos visitar de esa zona (he de decir que para eso este foro fue de gran ayuda, gracias a todos). Fue entonces cuando descubrí la interesante y alucinante historia que tiene Normandía.

NOTA: simplemente quiero dejar claro que cualquier referencia histórica de esta crónica es escrita de memoria, tomando como base lo que he leído o lo que simplemente me han contado, por lo puede ser incorrecta.

 
11-01-2011 - MADRID - SAINTES - 803 km

Jako siempre es más puntual que yo así  que cuando salgo por el garaje él ya me está esperando con sus maletas llenas de pegatinas que yo no había visto. Me muero de la envidia por un lado y de la vergüenza por otro, ya que es la hora de salir y no tengo ni un eurillo en efectivo, así que hay que atracar un banco, lo que nos obliga a salir con un pelín de retraso.

La primera etapa sería de transición, intentando acercarnos a Normandía lo máximo posible. Sería todo autovía. La previsión meteorológica era de lluvia en Francia y de algún chubasco aislado en la península. En cuanto dejamos atrás los atascos matutinos de la capital me di cuenta de que me faltaba algo, no llevábamos ni media hora y ya había perdido algo, había perdido la sombra. Bueno, mejor dicho me la habían robado, unas malditas nubes negras me la habían robado y a cambio nos regalaron un estupendo chaparrón. Empezamos bien, no hemos llegado a Somosierra y ya hemos tenido que parar a ponernos el traje de agua. Pues ese chubasco aislado del que hablaba el hombre del tiempo nos acompañó hasta el País Vasco. ¿Sería uno aislado pero muy grande o uno que nos perseguía como la típica nube de los dibujos animados?

Nunca había rodado por el País Vasco. Tiene buena pinta. El terreno es muy escarpado. Túnel, puente, túnel puente, túnel...y las gasolineras?? Túnel, puente, túnel, puente...me cagüen... Túnel, puente.... Ufff...que alivio. Cuando paramos en la gasolinera Jako me cuenta que fue en ese tramo donde el verano pasado se quedó sin gasolina camino a Escocia. ¡Anda que...! Jajaja



Aún no se si fue España la que nos despidió con el diluvio universal o fue Francia quien nos lo envió de bienvenida, el caso es que el paso por la frontera se convirtió en un infierno de agua. Un infierno custodiado por un gran monstruo en forma de gusano que desde el carril derecho nos escupía bocanadas de agua. Su cuerpo tenía varios kilómetros de largo, formado por grandes eslabones que rodaban sobre 18 ruedas cada uno.

Iba siguiendo a mi compañero cuando sin motivo aparente toma una salida de la autopista, a la altura de Bellin-Beliet. Le sigo y me lleva hasta un saliente de la carretera, donde paramos, y, como si estuviese apunto de ser padre, me dice: ¡¡"África" acaba de cumplir los 50.000 Km!! 

  

             ¡¡Felicidades África!! 

Mandamos al Señor Garmin que nos lleve directamente al hotel Formula1 de Saintes. Vamos sobre seguro ya que todos los F1 son clones, y ya sabemos lo que hay. Son básicos, pero como solo queremos una ducha y una cama nos vale. Excepto dos noches hemos dormido siempre en F1. La media de los precios han sido de unos 30€ la doble, todos ellos con parking y wifi gratis. 




 
12-01-2011 - SAINTES - CAEN - 514 km

Amanece lloviendo por lo que cambiamos el pijama por los chubasqueros, y ya disfrazados de bolsa de basura enfilamos la autopista en dirección a Caen, nuestro primer objetivo normando.

Hoy resultó ser el día de los problemas con las gasolineras francesas. Llevábamos ya un rato a la espera de una gasolinera y cuando al fin la encontramos resultó estar en obras. Mis 16 litrillos con los maletones dan para unos 200 Km. de autonomía, lo que no nos dejaba mucho margen. Empezamos entonces a planificar un traspaso desde la Varadero de Jako a mi pequeña GSR con un tubo que teníamos. Manda huevos, cargo con un bidón de gasolina dentro de la maleta durante 3.000 Km. por Marruecos sin necesitarlo, y ahora lo hecho de menos en Francia. Como son las cosas. Antes de empezar a liarla vemos un obrero y le preguntamos. Vemos que el tío directamente se descojona de nosotros. Justo detrás de él estaba una flamante gasolinera con  al menos diez surtidores. Resultó que esas obras eran de una ampliación que estaban realizando. Empezamos bien.


Seguimos dirección a Caen y antes de llegar nos salimos a una gasolinera. Mmmmm... No hay nadie... Al fin nos topamos con las famosas gasolineras automáticas francesas. Probamos una tarjeta. No. Probamos la otra. Tampoco. Vaya. Hago mis cálculos y creo que puedo llegar a Caen apurando. Y así lo hacemos. A punta de gas llegamos a Caen, donde nos lanzamos a por la primera gasolinera que vimos. Ésta resultó ser de las de "tipo Carrefour", es decir, de las que te sirves tu mismo y a la salida pasas por caja pero sin bajarte del vehículo. Llega mi turno y al otro lado del cristal, de un palmo de espesor, me espera una francesita de mediana edad nada sonriente. Yo no hablo ni papa de francés asíque le suelto el billete de 20€ que llevaba para estas cosas en el bolsillo del chubasquero. Lo coge y deduzco por el movimiento de sus labios que me dice algo. No oigo nada entre el supercristal y el casco. La tipa se me queda mirando. Yo la miro. Me mira. La miro. Me mira. La barrera no se levanta y ya hay varios coches esperando. La mujer decide dibujar algo. Me lo enseña. Creo que es algo egipcio. No le encuentro la forma. Lo vuelve a escribir esta vez algo más claro. Joooooooder! Al fin lo pillo. Me faltaba dinero. Claro, al precio que está aquí el carburante.... Bueno, pues me quito el guante, el soto guante, abro el chubasquero, la chaqueta, rebusco en el bolsillo interior y al final consigo sacar otro billete. Paso la barrera como puedo con una mano sin guante y la otra llena de calderilla.

Nos dirigimos directamente al F1, dejamos las maletas y nos vamos al centro a dar una vuelta. 












Visitamos el castillo desde el que se pueden disfrutar algunas bonitas vistas de la ciudad.





  En una de las calles encontramos esta extraña moto




Caen nos llama la atención por la cantidad de juventud que se ve por las calles. Concretamente juventud femenina. Era miércoles 12 de enero, pero debía haber algo especial porque abundaban los tacones y las falditas. Cenamos en un Mc Donalds y aquello parecía la pasarela Cibeles. Espectacular.



El plan era visitar gran parte de las playas del desembarco y todo lo que eso conlleva al día siguiente y volver a dormir al mismo sitio, lo que nos permitiría ir ligeros de equipaje.
 


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