miércoles, 1 de mayo de 2019

Costa Oeste en Autocaravana





INTRODUCCIÓN.


California. Las Vegas. San Francisco. Gran Cañón. Alcatraz. Todas estas son palabras de película. Y por fin nos toca a nosotros ser los protagonistas.

La famosa Costa Oeste de Estados Unidos es uno de los destinos que casi todo el mundo se plantea en alguna ocasión, ya que nos resulta muy familiar por el tema del cine. Así que llevábamos tiempo deseando tacharlo de la lista, pero como nuestra lista viajera es bastante extensa pues se nos ocurrió que podíamos hacer un 2x1, ¡Costa Oeste + Autocaravana!



10-10-15. SAN FRANCISCO – PLACERVILLE.



Nos despertamos en un hotel típico de película a las afueras de San Francisco, y tras un buen rato de tren y autobús llegamos a la sede de Cruise America, en donde recogemos nuestra “pequeña autocaravana” a la que bautizamos como ´La Cacharra´.

Se trata de la autocaravana más pequeña de todo el catálogo, es decir, que tiene el tamaño medio de una europea por así decirlo. Ya se sabe a los americanos les gustan las cosas a lo grande, hasta el punto de que en varias ocasiones nos han llegado a preguntar extrañados si podíamos viajar en algo tan pequeño, incluso hubo quien nos pidió permiso para verla por dentro para verlo con sus propios ojos. Esta claro que en América el tamaño sí importa.










Comenzamos ruta en dirección al lago Tahoe, con intención de dormir en algún lugar pasado Sacramento. Es la primera vez que conduzco una autocaravana y se me hace bastante extraño.

Llegamos a un camping y no hay nadie. Simplemente entras, eliges la parcela y depositas el dinero con el número de parcela en un sobre y lo metes a un buzón. Fácil y sencillo. Afortunadamente la cama resulta más cómoda y amplia de lo que me esperaba.



11-10-15. PLACERVILLE – LAGO TAHOE – COLEVILLE.



Rocío nos lleva por la bonita carretera que sube hasta el lago Tahoe, que esta a casi 2.000m de altitud, lo que hace que sea ideal para disfrutar del fresquito veraniego como de la nieve en invierno.






Comenzamos a dar la vuelta al lago por la carreterita que va bordeando la costa. La ruta esta llena de pequeñas calitas muy agradables, pero no hay sitio donde parar para verlas, sólo entrando a pequeños aparcamientos que cuestan entre 8 y 10 dólares. Finalmente encontramos donde meter la Cacharra y nos vamos a disfrutar de una de sus playas.

Nos damos un paseíto y cuando volvemos a las toallas resulta que una traviesa ardillita se había metido en la mochila, había sacado la bolsa de patatas fritas, la había roto y allí se las estaba comiendo tan tranquila. Se ve que las ardillitas de la zona están más que acostumbradas al ser humano, ya que estaba la mar de juguetona.










Desde el lago hemos puesto rumbo a Coleville, pueblo situado de camino a Yosemite. Para llegar a él hay que pasar por el Monitor Pass, un bonito puerto de montaña que asciende hasta los 8.314 pies (2.534m) con un asfalto tan liso que ni los platos del armario suenan al circular por él.









12-10-15. COLEVILLE – YOSEMITE.


La noche ha sido fría, unos 4ºC,pero en cuanto sale el sol el día se queda muy agradable.

Hoy toca el primer cambio de aguas de la caravana, que apañamos como podemos. Somos novatos y además aquí funciona de manera diferente a Europa. Aquí hay que conectar un tubo desde el depósito de cacas de la caravana hasta un agujero en el suelo, y depende de lo mañoso y suertudo que seas así acabarás…

Tras hacer la compra correspondiente antes de entrar al parque nacional de Yosemite tomamos la bonita carretera 395 que nos llevará hacia el lago Mono (sí, ese es el nombre del lago), y desde allí nos desviaremos hacia la entrada Este del parque de Yosemite, para lo cual hay que subir el Tiago Pass, un largo y empinado puerto de montaña que asciende hasta los 9,954 pies (3.031m), en cuya cima se encuentra la entrada al parque. (ojo porque esta carretera y entrada cierra en invierno por la nieve).  La verdad es que el puerto se sube con bastante facilidad ya que es de pendiente constante, curvas amplias y bue asfalto. Y por si fuera poco la Cacharra lleva un motor gasolina V8 de más de 5 litros, que en Europa sería una ruina, pero que aquí está en su salsa.








Yosemite nos recibe con impresionantes paredes de roca, bonitos lagos e increíbles vistas.






Cruzamos el parque desde el Este hacia el Oeste, para llegar al Valle de Yosemite, que es donde se encuentran los principales puntos de interés. Hay bastante gente y en el centro de visitantes nos informan que casi todos los campgrounds (zonas de acampada) estan prácticamente completos por lo que tenemos que irnos a uno que esta a unos 30 km de allí. Una vez con nuestra parcela reservada dedicamos lo que queda del día a hacer unas fotos de la zona.



El Capitán

Half Dome



Antes de irte a la cama en Yosemite has de prepararte para evitar ser atacado por un oso. Sí, lo has leído bien. El centro de visitantes esta lleno de pantallas con videos de osos entrando en caravanas, tiendas de campaña e incluso por la ventanilla de un coche en busca de un bocadillo olvidado en los asientos de atrás. Estos vídeos intentan recordar y advertir, con esa exageración característica de cualquier aviso americano, que no se debe de dejar nada de comida al olfato de los osos, por que por aquí hay un montón, y donde hay comida va el oso.

Para evitar estos percances en todos los aparcamientos y zonas de acampada hay unos cajones metálicos con un cierre aprueba de zarpas de oso en donde hay que meter toda la comida y la basura. En las caravanas también se puede guardar e la nevera, ya que es hermética. Así que antes de irse a la cama hay que vaciar los armarios y meterlo todo en el cajón, incluso los paquetes cerrados, las latas o la pasta de dientes. Según nos dicen los osos no atacan a los humanos, sino que van en busca de la comida.

Así que con todo bien guardadito y cerradito nos vamos a dormir.









13-10-15. YOSEMITE – JUNE LAKE.


Sobre las 5 de la madrugada:

-        ¡Raúl!
-        Zzzzz…..
-        Raúl, ¿oyes eso?
-        ¿el qué?
-        Escucha…
-        Será un oso.
-        ¿¡¿¡  QUÉÉÉ ?!?!

Esa fue nuestra pequeña conversación a mitad de la noche. Rocío se despertó porque fuera se escuchaban ruidos y me despertó bastante asustada. Una vez desempanado afino el oído y sí, ahí fuera hay algo. Intentamos asomarnos por el ventanuco pero esta todo super oscuro. Parece que es un oso rascando el cajón metálico y golpeando el cierre. Vale, hay que mantener la calma que dentro de la cacharra no hay comida, pero joder, ahí fuera hay un oso con hambre. Convenzo a Rocío de quedarnos quietos y en silencio para evitar llamar su atención, y mientras ella me abraza con fuerza yo pienso que si el bicho ese empieza a rascar la puerta de la caravana yo arranco y me piro quemando rueda. Además, la tranquilizo diciéndole que en la parcela de al lado hay unos durmiendo en una tienda de campaña, que antes de comernos a nosotros se los comerá a ellos. Esos sí que tenían que estar acojonados.

Al cabo de un ratito se dejan de escuchar los ruidos y podemos volver a relajarnos un ratito. Cuando salimos por la mañana vemos un montón de huellas de zarpas al lado de la Cacharra y del cajón, y efectivamente, golpeando el cierre del cajón suena igual que por la noche. Al final los cajones y las advertencias han sido útiles.







Por la mañana tomamos la carretera que sube hacia el Glacier Point y antes de llegar paramos para hacer una bonita ruta de trekking que subía al Sentine Dome, desde donde había unas vistas espectaculares de El Capitán y el Half Dome, pasaba por el Glacier Point y llegaba hasta el Taft Point.















Yosemite nos ha encantado. Un sitio para perderse más días, pero ¡que pocas vacaciones se tienen y cuantos lugares que ver! Abandonamos Yosemite por el mismo lugar por el que entramos y acabamos haciendo noche al lado del lago June, en donde también hay que esconder la comida en los cajones, aunque esta noche no hubo más sorpresa que un frío helador.



14-10-15. JUNE LAKE – DEATH VALLEY – PAHRUMP.




Avanzamos hacia el sur y poco a poco el paisaje va perdiendo vida y volviéndose cada vez más desértico a medida que nos acercamos al Death Valley (Valle de la Muerte). Los árboles ceden su terreno a las piedras, las montañas a las llanuras y las curvas a las interminables rectas. En una de estas rectas, mientras rodábamos tranquilos dentro de nuestra casita con ruedas escuchando música country, ésta pareció desintegrarse en un ruido ensordecedor a la par que nuestros corazoncitos se ponían al galope en un instante y todo se tambaleaba. Un avión de combate nos adelantó justo por encima como a diez metros de altura, a toda velocidad, dándonos un susto de muerte y dejándonos medio sordos. Yo creo que debíamos ser lo único que se movía en toda esa llanura y debimos de ser su objetivo durante sus prácticas. Como en Top Gun, lo típico. Menos mal que no apretaron el botón rojo.






El Death Valley nos recibe con mucho calor. No tenemos termómetro pero estoy seguro de que estamos por encima delos 40 grados centígrados, y es Octubre. De todas formas es de esperar ya que este Valle de la Muerte, que recibe su nombre al resultar un gran obstáculo para los colonizadores, pertenece al desierto de Mojave. De hecho es el punto más caliente y seco del mundo, con una temperatura récord de 58 grados centígrados. Cuando la carretera se ponía cuesta arriba había un cartel que te indicaba que apagases el aire acondicionado del coche para evitar sobrecalentamiento del motor. Y ojo si queréis visitar el Death Valley con un coche de alquiler, porque hay algunas compañías de alquiler que no permiten venir aquí con sus coches.






La primera parada la hacemos para recorrer el Gold Canyon, un pequeño cañón entre rocas en el que hace un calor del carajo.









Con el aire acondicionado a tope nos dirigimos a Baldwater, que es el punto más bajo de Estados Unidos con una altitud de 86 metros por debajo del nivel del mar. Se trata de una cuenca en la que alguna vez se llega a formar una charca muy extensa y poco profunda cuando viene una época de tormentas. Esto provoca que los pequeños arroyos de la zona arrastren todas las sales de la zona hasta aquí, y como esta zona tiene el mayor potencial de evaporación de Estados Unidos pues el resultado es una gran llanura formada por curiosos cristales de sal.











Antes de abandonar la zona nos paramos en el Zabriskis Point, a disfrutar de las vistas de este valle.







Es hora de carretera y manta en dirección al Gran Cañón, pero se hace tarde y paramos  a dormir en una zona de caravanas en Pahrump.




15-10-15. PAHRUMP – PRESA HOOVER – TUSAYAN.



Hoy ha tocado jornada de carretera para llegar al Parque Natural del Gran Cañón. Hemos pasado por Las Vegas, pero no hemos parado, lo haremos a la vuelta.

Donde sí hemos parado es en la famosa Presa Hoover. Famosa por aparecer en numerosas películas, como en la mítica Superman. Pero famosa también por haber sido una de las mayores obras de ingeniería de la época. Se construyó en los años 30, y aunque supuso una obra faraónica ya que se tuvo que desviar el cauce del río colorado se finalizó dos años antes de lo previsto, cambiando por completo la vida en esta zona tan desértica.








Desde aquí vuelta a la carretera hasta Tusayan, ya en las puertas del Parque Natural del Gran Cañón.



16-10-15. GRAN CAÑÓN.



Rocío hoy se despierta más activa de lo normal. Sí, más aún. Y es que hoy visitaremos el Gran Cañón, algo que llevaba deseando desde niña y que le hace especial ilusión. Yo tuve suerte de conocerlo unos años atrás, más de diez, pero un lugar como este siempre hace ilusión volver a visitarlo.

El Gran Cañón del Colorado. Solo con el nombre ya te teletransportas a una película del Oeste. Pero en lugar de entrar al Parque Natural a caballo y mascando tabaco lo hacemos dentro de La Cacharra. Éste es uno de los parques naturales más antiguos del país, y es uno de los que más visitantes recibe a lo largo del año. Y es por eso que está bastante organizado. Aparcas en el centro de visitantes y a partir de ahí te vas andando a lo largo del cañón para ir disfrutando del espectacular paisaje, con la particularidad de que a lo largo del camino que sigue el borde del cañón hay una carreterita por la que va pasando un autobús del parque cada cierto tiempo con diferentes paradas a lo largo del recorrido. Por lo tanto, puedes hacer la vuelta en bus, o ir de parada en parada, dependiendo de lo que te guste andar. Nosotros hicimos el recorrido de ida andando y la vuelta en bus, sobre todo porque nos cayó una buena tormenta.

Para los más aventureros están las rutas que bajan hasta el río, pero éstas no son recomendables hacerlas en un solo día, por que son muy largas y se baja muy bien, pero la subida es dura y larga.












La vez que estuve en el Gran Cañón fue en una excursión desde Las Vegas. Pensando que sería la única vez que lo vería decidimos tirar la casa por la ventana e hicimos la excursión en helicóptero. Sobrevolamos la presa Hoover y recorrimos la parte del Gran Cañón más cercana a Las Vegas. El helicóptero no solo sobrevolaba el cañón, sino que se metía dentro e incluso aterrizamos en el río, bueno al lado del río, para hacer un picnic. Como fue una gran experiencia pues hemos reservado un paseo en helicóptero para mañana. Por si acaso no volvemos… jeje.


Con la ilusión del Gran Cañón y con la esperanza de que deje de llover nos vamos a dormir al mismo sitio de ayer.






17-10-15. GRAN CAÑÓN – LAS VEGAS.



Nos levantamos super pronto para ir a ver el amanecer al Gran Cañón. Hace frío y esta nublado, lo que nos impide ver el sol, pero las nubes tan muy bajitas, incluso dentrodel cañón, lo que hace que el paisaje haya merecido la pena el madrugón.






Con estas condiciones meteorológicas en el helipuerto nos dicen que de momento no van a salir a volar, así que el vuelo lo dejaremos para otra ocasión y abandonamos el Parque Natural rumbo a Las Vegas.

La naturaleza es acojonante. Nunca deja de sorprendernos. Acabamos de ver como el agua se ha comido cientos de kilómetros de roca, simplemente con su paso a lo largo del tiempo. Y ahora a pie de carretera nos sorprende con una pelea de ¿renos?










Resulta todo un espectáculo, tanto visual como auditivo, ya que impresiona oír como gruñen y como chocan los cuernos. Finalmente, uno de ellos se retira y se queda el ganador.

Desde aquí ponemos rumbo directo a Las Vegas. Esta vez la entrada fue menos triunfal y caótica que la primera vez cuando llegué aquí subido en una avioneta con un amigo, cruzando como pudimos el desierto de Nuevo Méjico y Arizona. Pero eso es otra historia que daría para otro blog.

Para legar a Las Vegas pasamos por un tramo de la mítica Rauta 66. A parte de algún sitio ambientado a lo clásico para hacerse una foto la carretera no tiene nada de especial, es recta y monótona.





En Las Vegas nos alojamos en un camping que hay dentro de la ciudad, y que tiene un autobús que te lleva directo al centro. Y una vez allí compruebo que apenas a cambiado en la última década. Sigue siendo la misma ciudad estrambótica, hortera, curiosa y divertida que siempre.







La mayoría del ambiente de Las Vegas se concentra en una calle, Las Vegas Bulevard, más conocido como el Strip. Aquí es donde se encuentran los principales y más famosos casinos, que no son pocos ni pequeños, ni discretos. Cada uno está ambientado en algo, Egipto, Venecia, Nueva York, París, Isla del tesoro, etc. Todos son casino+hotel, y la parte del casino esta abierta a todos los públicos y es gratuita. De hecho, ir de casino en casino es la principal actividad en la ciudad. Pero no sólo son casinos, sino que cada uno de ellos son como pequeños centros comerciales llenos de tiendas y restaurantes.

Es sábado por la tarde y la ciudad está repleta de gente, de todo tipo. Aquí tanto la vergüenza como la elegancia pasan a un segundo plano.










Si los casinos son espectaculares por fuera, no lo son menos por dentro. Dentro de cada uno de ellos podrás disfrutar de un bonito cielo azul con algunas nubes mientras paseas por las calles de París, Nueva York o Venecia, con góndolas y cantarines gondoleros incluidos en este último.












Y de repente, al salir de uno de esos micro mundos de permanente cielo azul, te encuentras en una ciudad totalmente diferente, que aunque siga siendo la misma ciudad nada tiene que ver con la que dejaste antes de irte a Venecia, París o Nueva York. Ahora es mágica y tiene vida propia. Ahora es de noche.













Imagino que os habréis fijado en la última foto, hay una maldita montaña rusa recorriendo la fachada del hotel. La estatua de la libertad o el Empire State no debían de llamar la suficiente atención por aquí que tuvieron que montar la montaña rusa. Me encantaría conocer al ingeniero/arquitecto/diseñador/loquesea que presentó esa idea a la directiva del proyecto. También me pregunto si las habitaciones con vistas al looping tendrán sobrecoste.

Si hay algo característico en la noche de Las Vegas es el espectáculo de agua, luz y sonido del Bellagio. Seguro que a todos os viene a la cabeza la imagen final de la película Ocean´s eleven, protagonizada por Brad Pitt y George Clooney entre otros. Pues es igual que en la película pero con un montón de gente. El espectáculo es a ciertas horas en punto y hay que estar pendiente para lograr un sitio en primera fila.











Rocío ha alucinado, como todo aquel que visita Las Vegas por primera vez, con el circo que tienen montado aquí en medio del desierto. Desde mi punto de vista es una ciudad que merece la pena visitar una vez en la vida, pero en la que o hace falta perder mucho tiempo. Es cierto que tiene buenos espectáculos, conciertos y seguro que otro montón de actividades, pero su atractivo principal y por lo que es mundialmente famosa es por sus casinos, y para eso con un día te sobra. Dos si quieres casarte disfrazado de Elvis y Marilyn Monroe.




18-10-15. LAS VEGAS – VISALIA.


 çAntes de abandonar Las Vegas definitivamente nos vamos en busca del famoso cartel de “Welcome to fabulouse Las Vegas”. Hay una buena cola para hacerse la foto posado con el cartel, pero justo cae un chaparrón que nosotros aprovechamos para hacernos la foto mientras los demás huyen de la lluvia como si de ácido se tratase.







Nuestro siguiente objetivo del viaje es el Parque Nacional de las Secuoyas gigantes. Hay una buena tirada de kilómetros, y a la altura de Barstow empieza a llover formando auténticas riadas por la carretera. A la altura de Mojave la carretera esta cortada por causa de la lluvia, le pregunto al policía y sorprendentemente es un soso y pasa de indicarnos. Y digo sorprendentemente porque mi experiencia en el trato con la policía estadounidense siempre ha sido ejemplar, lo de ´para proteger y servir´ lo llevan dentro, hasta el punto de llevarme una vez a un Mc.Auto a por unas hamburguesas en la parte trasera del coche patrulla…

El caso es que como estábamos allí atascados, una señora que pasaba por allí nos estuvo dando indicaciones de carreteruchas locales para conseguir salir pasado el corte, y así lo hicimos.
Llegamos a dormir a Visalia que esta justo al lado de las Secuoyas.






19-10-15. VISALIA – SECUOYAS – PISMO BEACH.


Lo primero que queríamos visitar en esta zona era el Kings Canyon, pero la carretera esta cortada por el incendio que hubo aquí este verano. Sorprende ver como muchas de las fincas privadas tienen carteles agradeciendo a los bomberos el trabajo realizado. ¡Qué grandes son los americanos para ciertas cosas!






En este bosque te sientes liliputiense. Los árboles son simplemente gigantes. Es como si los coches, las personas y las casas fueran de juguete. Paseamos por el bosque visitando los diferentes árboles con nombre propio, como el “General Sherman Tree” que es considerado el árbol con el tronco más grueso del mundo (más de 33m de perímetro) o el “General Grant Tree”, que es considerado el tercero del mundo en cuanto a volumen de tronco y que es considerado el árbol nacional de Navidad. Una placa nos informa que en este árbol cabrían 37 millones de pelotas de ping pong en su tronco, o si te resulta más fácil imaginártelo, unos 157 mil balones de baloncesto.













Saliendo de la zona de las secuoyas, circulando tranquilamente entre los enormes árboles, veo por el espejo retrovisor que se acerca un coche de policía con las luces encendidas. Veo que no nos adelanta y que se queda detrás de nosotros, por lo que me mosqueo un poco. Como disimulando me desvío como a un pequeño aparcamiento, y ellos vienen detrás y ya nos ponen la sirena, por lo que me paro. Del coche patrulla sale un hombre corpulento, de frondosa barba castaña, vestido con el típico traje de policía forestal todo verde y con un sombrero marrón. Por el retrovisor miro a ver si de compañero lleva al oso Yogui. Y la típica pregunta que todo policía hace al conductor (debe de ser un protocolo internacional): “Caballero, ¿sabe usted por que le he parado?”

Mientras su compañero comprueba nuestra documentación, el barbudo policía me explica que me he saltado un STOP. Pongo mi cara de asombro y le hago saber que es extraño, ya que como puede ver estamos circulando tranquilamente y sin prisa y que no he visto ningún STOP. Él me dice que sí, que en el cruce que había como una milla antes. Rebobino mi memoria y ya empiezo a entender lo que pasa. Saliendo de una de las zonas de aparcamiento se llega a un cruce en forma de T en donde efectivamente hay un STOP. Peeeero uno de los lados estaba cortado. Para que os hagáis una idea, nosotros íbamos circulando por el palito vertical de la T, y al llegar al palito horizontal estaba el STOP, pero la parte izquierda del palito horizontal estaba cortada, en ambos sentidos, por lo que la cosa se queda como si fuese una curva de 90º a la derecha. Empieza entonces la conversación de besugos entre el policía y yo:


-         - Había un STOP.
    - Sí señor, pero al estar cortada la parte de la izquierda la carretera se convierte en una curva a la derecha.
-       -  Pero había un STOP.
-        - Sí, pero no había cruce, era una curva.
-       -  (algo chirría en los cuadrados engranajes cerebrales del policía)
-       -  Había un STOP.
-        - Sí, pero no había posibilidad de que viniese nadie por la izquierda.
-        - (Rocío es una estatua ojiplática a mi derecha)
-        - El STOP estaba allí.
-        - Sí señor, tiene usted razón.


Finalmente, la cosa acaba en un aviso y continuamos viaje hacia la costa del Pacífico. La carretera es cómoda y rápida. Llegamos ala zona de San Luis Obispo ya de noche con la idea de dormir en un camping. Preguntamos en uno y nos piden nada más y nada menos que 70$. Huimos de allí quemando rueda al estilo Delorian en Regreso al Futuro y nos dirigimos a otro que aparece en la base de datos del GPS. Pero resulta ser una base militar, y aunque le preguntamos al amable y armadísimo guardia si podemos dormir allí nos dice que no. Es lo que tienen los mapas gratuitos para el GPS. Finalmente encontramos uno en Pismo Beach.







20-10-15. PISMO BEACH – HALF MOON BAY.


Comenzamos la ruta hacia San Francisco rumbo Norte, siguiendo la carretera de la costa. Hace un día soleado y agradable. La carretera serpentea dulcemente pegada al mar, es bonita, pero tampoco es tan espectacular como pone en la guía. Yo soy muy rutero y un friki de las carreteras, quizá sea yo quien tiene el listón muy alto.







Eso sí, encontramos un remetido en el que paramos a comer con unas vistas preciosas.










En una de las playas de a ruta se supone que se pueden ver elefantes marinos, así que nos desviamos a ver si conseguimos ver alguno. Y… ¡wow! ¡hay cientos!














A la altura de Monterey hay un desvío para recorrer la famosa “Carretera de las 17 millas” (17 Mile Drive). En la guía la ponen como espectacular, y unos conocidos también nos habían hablado de ella, así que allá fuimos. La carretera es de peaje (unos 10$) y recorre una zona residencial ultra pija y unos campos de golf y no resulta nada interesante. Hay una parte que recorre la costa, pero nada especial. Lo que más llama la atención de la zona son los pedazo de casas que hay por aquí.

Hacemos noche a las afueras de San Francisco, para mañana por la mañana devolver La Cacharra y disfrutar de esta ciudad los últimos días del viaje.




21 y 22-10-15. SAN FRANCISCO.



Conseguimos reponer el depósito de propano para devolverlo lleno y nos presentamos en la central de Cruise America a primera hora. De nuevo con la maleta a cuestas nos dirigimos al centro para ir al hotel. Para ello cogemos un taxi en la propia Cruise America para que nos lleve a la estación de tren. El taxista intenta convencernos para llevarnos directamente al hotel, pero claro, le hacemos ver que 5 min de taxi más un billete de cercanías es muchas veces más barato que una hora de taxi, aunque le cuesta aceptarlo.  Además, tengo la costumbre de saber por donde voy o me llevan, asique abro Google maps, lo que cabrea mucho al taxista. En fin, es lo que hay.

Desde pequeño, cuando escuchaba la palabra San Francisco pensaba en coches saltando por sus calles en forma de tobogán, en un enorme puente rojo o en Clint Eastwood fugándose de la cárcel. Pero también hay tranvías, una calle de color lombarda zigzagueante entre flores y muchos homosexuales, ya que esta ciudad se consolidó como un bastión liberal en los Estados Unidos. Pero seguro que hay muchas más cosas, y por ello salimos a recorrerla.











Lombard Street







¡Y por fin llegó el día! ¡Para mí uno de los platos fuertes del viaje sin ninguna duda, la visita a la cárcel de Alcatraz! La de películas que habré visto sobre este lugar…. Sí, soy un enamorado del cine carcelario, por lo que estar aquí me hace especial ilusión. Para que os hagáis una idea, yo nunca reservo nada, creo fielmente en la improvisación, pero las entradas de Alcatraz las compré con tres meses de antelación…

Llegamos al Pier 33 del puerto desde donde sale el ferry con bastante adelanto, y había un jaleo de narices. Muchísima gente, pero todo bastante bien organizado. Sale un barco lleno de gente hacia La Roca cada 30 minutos. Una vez en la isla recoges la audio guía (que esta muy bien) y haces la visita a tu ritmo.

En la primera sala hay un vídeo explicativo de la historia de Alcatraz, que resulta bastante interesante, ya que además de la famosa historia de la penitenciaría esta isla fue ocupada durante 18 meses por los nativos americanos, cuando la política quería acabar con el reconocimiento de las tribus indias. Una historia curiosa e interesante que os recomiendo que investiguéis un poquito. En algunos lugares de la cárcel todavía pueden apreciarse algunas pintadas de aquel movimiento.






El interior de la prisión me ha llamado la atención por lo pequeño que es. Las celdas son realmente pequeñas. Hay algunas abiertas para que el visitante pueda entrar. Es inevitable pensar en la película “La Roca” al estar dentro, ya que en esta película encierran a los turistas en estas celdas….  También están recreadas las celdas con las cabezas de muñeco que ayudaron a escapar a Frank Norris y los hermanos Anglin. Si desconoces esta historia no dejes de ver la película “La fuga de Alcatraz” protagonizada por Clint Eastwood.


















Desde la cárcel podían ver y escuchar la ciudad. Toda una tortura psicológica.

Y con esta super visita termina nuestro viaje por California, un poquito de Nevada y otro poquito de Arizona. Un viaje espectacular, recomendable al cien por cien, ya sea en autocaravana, coche, moto o cualquier otro medio.

Pero no quiero despedirme sin antes enseñaros los albornoces tan molones que había en nuestro hotel de San Francisco.